Pues, ¿qué queréis que os diga? Me niego a decir que 2020 ha sido el peor año de nuestras vidas.
Probablemente, para algunos lo haya sido, seguro, y estén pensando en que menuda gilipollez acabo de decir. Y no les quito razón.
Lo que sucede es que me cuesta creer en verdades absolutas y universales. Y lo que para unos ha sido nefasto, para otros seguramente no tanto. Ya sabéis que eso de la Verdad-Verdadera es muy interpretable.
Para mí ha sido un año, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Es verdad que mi salud y la de los míos me ha acompañado y seguramente por eso hablo así. Ya. Pero es que por eso mismo, como cada uno cuenta el cuento conforme le ha ido, no me quedo con el del «peor año de nuestras vidas».
A mí 2020 me ha traído muchas cosas. Muchos conocimientos. Mucho crecimiento. Se ha llevado otras, trabajo, contactos (¿?), amigos (o no) etc… Pero me ha traído oportunidades, verdaderos contactos y verdaderos amigos. Me ha traído tiempo para disfrutar de mi familia, me ha hecho sentirme mejor padre, mejor marido mejor compañero y hasta cocino mejor (leed bien, he puesto que me siento).
Me ha hecho ser más consciente de mis responsabilidades. Y sobretodo, me ha sacado muchas cosas a la luz y me ha aclarado otras.
2020 ha sido un año, con sus putadas muchas, pero también con sus alegrías.
Y como ya se ha acabado y no volverá: ¡Hasta nunca 2020! Gracias por lo que me has dejado. Procuraré usarlo para que 2021 sea el mejor año de mi vida…
…de momento.
Besos a puñaos.