El otro día colgué esto en redes y me sorprendió gratamente la acogida que le disteis:
Eres la causa y no la consecuencia de tu pasado.
Os explico un poco sobre lo que quise decir, con una pequeña metáfora:
Habrás visto que cuando andas por la arena, vas dejando huellas. Esas huellas, cuando las miras, ya pertenecen a tu pasado. Son invariables y estarán ahí hasta que una ola las borre.
Cuando vuelves tu vista atrás hacia ellas y las miras, no dices que tu posición y tu situación actual ha sido causada por esas huellas. De hecho, esas huellas son la consecuencia del camino que tú has elegido para llegar a tu destino.
O sea que tu destino, tu objetivo, tu meta, es lo que ha decidido que tu camino y que tu pasado, sea el que ha sido. ¡Vaya!
Y si esto no te parece lo suficientemente bonito, lo mejor de todo es que conforme vayas cambiando tus deseos y tu futuro, vas a ir modificando tu pasado.
Así que, cuando quieras explicarte tu pasado, mira al futuro a ver qué te dice.
¡Besos a puñaos!